Efectos de la meditacion

Qué es la meditación de atención plena

Si alguna vez has dedicado unos minutos a meditar al final de la clase de yoga, sabrás que intentar ralentizar tus pensamientos es más complicado de lo que parece. “Nuestras mentes están en constante movimiento: preocupadas por los plazos, evaluando nuestro propio rendimiento o el de los demás, o deteniéndose en interacciones del pasado”, explica la doctora Nina Smiley, directora de programas de atención plena en Mohonk Mountain House, en Nueva York.
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Beneficios científicos de la meditación

La meditación es una forma de entrenamiento mental que se ha practicado durante miles de años, y que puede conceptualizarse como una familia de complejos regímenes de entrenamiento de regulación emocional y atencional desarrollados con diversos fines, incluido el cultivo del bienestar y el equilibrio emocional (Davidson et al., 1976; Ekman et al., 2005; Brefczynski-Lewis et al., 2007). La meditación también se ha definido como un proceso de autorregulación intencional de la atención, en el que ésta se dirige desde una combinación de estímulos externos e internos a un estado principalmente de percepción interna (Astin et al., 2003; Bonadonna, 2003). Las filosofías tradicionales hacen hincapié en que cualquiera puede aprender a meditar (Taimni, 1961), y que mediante la práctica repetida la meditación proporciona efectos a largo plazo que superan los límites de los estados meditativos individuales (Nyanaponika, 1969; Ahir, 1999; Burley, 2000).
Aunque la noción de que la meditación da lugar a estados fisiológicos de reposo está bien establecida, se desconoce hasta qué punto las prácticas meditativas ejercen tales efectos. Las primeras investigaciones sobre los yoguis de la India que afirmaban ser capaces de ejercer un considerable control voluntario del corazón (algunos afirmaban ser capaces de detener el corazón) revelaron un apoyo limitado a esta idea. En el mejor de los casos, algunos individuos eran capaces de ejercer una bradicardia transitoria, o reducciones de la frecuencia cardíaca mediante combinaciones de manipulación de la postura, contracción muscular y contención de la respiración (incluida la maniobra de Valsalva, o “aguantar”, que provoca un complejo patrón de reflejos que incluye taquicardia/bradicardia e hiper/hipotemia) (Wenger et al., 1961). Los estudios posteriores han informado de resultados mixtos, principalmente para diferentes adeptos al yoga (Fenz y Plapp, 1970; Kothari et al., 1973). Más recientemente, se ha informado de cambios a corto plazo en la capacidad de reducir la frecuencia cardíaca en reposo (Telles et al., 2004). La percepción de que la meditación y el yoga confieren una mayor capacidad de regulación cardíaca ha persistido, a pesar de esta literatura heterogénea.

Investigación sobre la meditación 2020

Se han llevado a cabo muchos estudios para analizar cómo la meditación puede ser útil para una serie de afecciones, como la presión arterial alta, ciertos trastornos psicológicos y el dolor. Varios estudios también han ayudado a los investigadores a saber cómo podría funcionar la meditación y cómo afecta al cerebro.
Algunas investigaciones sugieren que la práctica de la meditación puede reducir la presión arterial, los síntomas del síndrome del intestino irritable, la ansiedad y la depresión, y el insomnio. Las pruebas sobre su eficacia para el dolor y como tratamiento para dejar de fumar son inciertas.
¿Qué es la meditación? La meditación tiene una larga historia de uso para aumentar la calma y la relajación física, mejorar el equilibrio psicológico, hacer frente a la enfermedad y mejorar la salud y el bienestar general.  Un nuevo informe basado en datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2017 (NHIS) encontró que el uso de la meditación por parte de los adultos estadounidenses en los últimos 12 meses se triplicó entre 2012 y 2017 (del 4,1 por ciento al 14,2 por ciento). El uso de la meditación por parte de los niños estadounidenses (de 4 a 17 años) también aumentó significativamente (del 0,6 por ciento en 2012 al 5,4 por ciento en 2017).

Beneficios espirituales de la meditación

Se han estudiado los efectos psicológicos y fisiológicos de la meditación. En los últimos años, los estudios sobre la meditación han implicado cada vez más el uso de instrumentos modernos, como la resonancia magnética funcional y el electroencefalograma, que son capaces de observar la fisiología del cerebro y la actividad neuronal en sujetos vivos, ya sea durante el acto de meditación en sí o antes y después de la meditación. De este modo, se pueden establecer correlaciones entre las prácticas meditativas y la estructura o la función del cerebro[1].
Desde la década de 1950 se han llevado a cabo cientos de estudios sobre la meditación, pero muchos de los primeros estudios eran defectuosos y, por lo tanto, arrojaron resultados poco fiables[2][3] Los estudios contemporáneos han intentado abordar muchos de estos defectos con la esperanza de guiar la investigación actual hacia un camino más fructífero[4] En 2013, los investigadores de Johns Hopkins, que publicaron en el Journal of the American Medical Association, identificaron 47 estudios que se califican como bien diseñados y, por lo tanto, fiables. Basándose en estos estudios, concluyeron que hay pruebas moderadas de que los programas de meditación pueden reducir la ansiedad, la depresión y el dolor, pero no hay pruebas de que sea más eficaz que los tratamientos activos, como los fármacos o el ejercicio[5]. Otro importante artículo de revisión también advertía sobre la posible desinformación y mala interpretación de los datos relacionados con el tema[6].