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Ejercicios para el diafragma
Cómo aflojar un músculo del diafragma tenso
La respiración diafragmática, o respiración profunda, es la que se realiza contrayendo el diafragma, un músculo situado horizontalmente entre la cavidad torácica y la abdominal. El aire entra en los pulmones cuando el diafragma se contrae con fuerza, pero a diferencia de lo que ocurre durante la respiración relajada tradicional (eupnea), los músculos intercostales del tórax realizan un trabajo mínimo en este proceso. El vientre también se expande durante este tipo de respiración para dejar espacio a la contracción del diafragma. [1]
Según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa, “el 12,7 por ciento de los adultos estadounidenses [han] utilizado ejercicios de respiración profunda… con fines de salud”,[2] que describe de la siguiente manera: “La respiración profunda consiste en inhalar lenta y profundamente por la nariz, normalmente hasta contar 10, seguido de una exhalación lenta y completa hasta contar lo mismo. El proceso puede repetirse de 5 a 10 veces, varias veces al día”[3].
Según el Centro de Asesoramiento y Salud Mental de la Universidad de Texas, “la respiración diafragmática permite realizar respiraciones normales y maximizar la cantidad de oxígeno que llega al torrente sanguíneo. Es una forma de interrumpir la respuesta de “lucha o huida” y desencadenar la respuesta normal de relajación del cuerpo”[4].
Ejercicios de diafragma para la fiebre aftosa
El diafragma necesita su propia rutina de estiramiento y fortalecimiento, como cualquier otro músculo. El diafragma se mueve hacia abajo cuando se inhala, expandiendo los pulmones y creando un vacío. Este vacío hace que el aire entre en los pulmones y el oxígeno se transfiera a través de las finas paredes de los pulmones al torrente sanguíneo. (Para más información sobre los pulmones, véase el capítulo 2).
¿Qué hace que el diafragma se mueva hacia abajo? El diafragma es un músculo, y los músculos pueden acortarse y alargarse entre el origen y la inserción del músculo. El origen se considera el punto fijo, mientras que la inserción es la parte que mueve el músculo.
Si quieres estirar el diafragma, tienes que aumentar la distancia entre el origen y la inserción, como en el siguiente ejercicio. Este ejercicio estira otros músculos, como los intercostales (entre las costillas) y los abdominales oblicuos, lo que a su vez aumenta el beneficio para el diafragma.
Respiración con diafragma
El diafragma es un músculo que separa las cavidades torácica y abdominal. Está controlado por el nervio frénico. La parálisis del diafragma es poco común. Tanto si la parálisis se produce en uno (unilateral) como en ambos (bilateral) lados del diafragma, todos los pacientes experimentarán una cierta reducción de la capacidad pulmonar. Esto es más grave en el caso de la parálisis bilateral del diafragma. La parálisis unilateral del diafragma no suele presentar síntomas. Sin embargo, si la parálisis unilateral del diafragma se produce en pacientes con trastornos cardíacos o pulmonares importantes, los síntomas pueden ser evidentes.
Los síntomas de una debilidad o parálisis significativa del diafragma, generalmente bilateral, son la falta de aire al estar tumbado, al caminar o al sumergirse en agua hasta la parte inferior del pecho. La parálisis bilateral del diafragma puede producir trastornos respiratorios durante el sueño con reducción de los niveles de oxígeno en sangre.
Los recién nacidos y los niños con parálisis diafragmática unilateral pueden experimentar una dificultad respiratoria más grave que los adultos, debido a que los músculos son más débiles y la pared torácica más flexible. El recién nacido puede tener un llanto débil o mostrar signos de malestar gastrointestinal, con vómitos frecuentes. Los niños con parálisis diafragmática bilateral requieren atención médica inmediata y la intervención de un ventilador, ya que la afección puede poner en peligro su vida.
Ejercicios de diafragma para la voz
Como yogui, sabes lo importante que es una buena respiración para tu salud y bienestar general. La respiración afecta a todos los sistemas vitales, hasta el nivel celular. Influye en el sueño, la memoria, el nivel de energía y la concentración. Pero en una vida ajetreada, incluso para los yoguis, respirar bien puede ser más fácil de decir que de hacer. Una mala postura (todas esas horas encorvadas sobre el teclado o el volante), el estrés emocional, la presión mental, los patrones de movimiento conscientes o inconscientes y la falta de movimiento pueden contribuir a una respiración restringida y superficial y a la tensión del diafragma, el músculo principal de la respiración. Aunque no seas consciente de una mala mecánica respiratoria a lo largo del día, los efectos pueden ser profundos. ¿Sabías que tu forma de respirar (o de no hacerlo) también influye en la eficacia de tus músculos?
No se suele hablar del diafragma en el contexto de su núcleo. Sin embargo, al estar situado en el centro del abdomen, se conecta con muchos de los estabilizadores del cuerpo. Trabajando en estrecha relación con los abdominales profundos, el suelo pélvico y los músculos multífidos de la parte inferior de la espalda, el diafragma forma parte del núcleo intrínseco. Puedes pensar en estos músculos como si formaran los lados de un recipiente presurizado: el suelo pélvico es el fondo, los músculos abdominales profundos y la espalda forman los lados y el diafragma es la tapa de la parte superior. Si alguno de estos músculos no realiza perfectamente sus importantes tareas, el contenedor empezará a perder presión, debilitando la base estable que necesitas para moverte con eficacia. El resultado es una disminución de la fuerza general debido a la falta de apoyo de tu núcleo, que puede causar todo tipo de patrones de compensación.