Sindrome del piramidal izquierdo

Síndrome piramidal wikipedia

El estudio tenía como objetivo investigar las características clínicas y neurofisiológicas del síndrome piramidal en pacientes con daño vascular del hemisferio derecho e izquierdo en el accidente cerebrovascular. Se estudiaron 40 pacientes con consecuencias de daños agudos en la circulación cerebral: 21 de ellos con hemiparesia derecha (RHP) y 19 – con hemiparesia izquierda (LHP). Para el examen se utilizaron el análisis cliniconeurológico, la estimulación magnética transcraneal (EMT), los reflejos abdominales evocados, el método del potencial motor de movimiento y los potenciales evocados somatosensoriales. La paresia pronunciada, la alteración del tono, el síntoma de Babinsky, otros signos patológicos extensores del pie, el reflejo de la mano de Zhukovsky, el síndrome pseudobulbar y el trastorno de la marcha se determinaron con mayor frecuencia en los pacientes con PSC. Los pacientes con RHP se caracterizaban por una paresia distal de la mano y signos patológicos de flexión de los pies más expresivos. En comparación con los pacientes con PSC, los pacientes con PSC mostraron una conducción central significativamente más larga en la EMT, un aumento de los períodos latentes de los componentes N20, P25, N30 de los potenciales evocados somatosensoriales y una reducción del área de potencial motor. Las características funcionales de los hemisferios cerebrales pueden desempeñar un cierto papel en la formación del síndrome piramidal, caracterizándose el daño del hemisferio derecho por alteraciones piramidales más expresivas. Los datos obtenidos permiten diferenciar un gran papel de los hemisferios cerebrales en el control motor descendente en cuanto a la inhibición y activación de las influencias piramidales y las interacciones hemisféricas.

Decusación piramidal

La dolicoectasia vertebrobasilar (VBD) es una variante anatómica que consiste en el agrandamiento y la dilatación, a menudo asociados a un vaso tortuoso y alargado1. La anomalía se debe probablemente a un marcado adelgazamiento de la lámina elástica interna y de la media, muy probablemente como consecuencia de una hipertensión arterial sistémica prolongada2. Representa aproximadamente entre el 3 y el 5% de todas las lesiones de la masa cerebelopontina. Se han relacionado diversos síndromes clínicos debidos a la compresión pulsátil por el vaso aberrante: disfunción cerebelosa, hidrocefalia, ictus isquémico, déficits motores transitorios o permanentes, apnea central del sueño, neuralgia del trigémino, así como síndrome de compresión del tronco cerebral1,3,4. La cirugía de descompresión microvascular se introdujo en la década de 1960 y se utilizó inicialmente para tratar la neuralgia del trigémino, el espasmo hemifacial y la neuralgia glosofaríngea5. Últimamente, se utilizó para tratar la disfunción del tronco cerebral causada por un vaso ectásico1. En la actualidad, la descompresión microvascular con reposicionamiento del vaso ectásico es una nueva técnica que se ha utilizado con éxito.

Sistema piramidal

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Los signos piramidales indican que el tracto piramidal está afectado en algún punto de su recorrido. La disfunción del tracto piramidal puede dar lugar a diversas presentaciones clínicas, como espasticidad, debilidad, ralentización de los movimientos alternativos rápidos, hiperreflexia y un signo de Babinski positivo[1].
La presencia de estos fenómenos está casi siempre relacionada con la hiperreflexia y algunos autores piensan que no se pueden considerar en absoluto como reacciones patológicas[cita requerida] Su existencia en la extremidad inferior es más grave que en las superiores[cita requerida] La razón más común de los fenómenos irritativos es una lesión de una motoneurona central, pero en presencia de hallazgos asimétricos entonces se debe considerar el diagnóstico de esclerosis lateral amiotrófica[cita requerida].

Reflejo del tracto piramidal

El sistema nervioso central (SNC) es una compleja red de componentes que permiten a un organismo interactuar con su entorno. Está formado por múltiples partes diferentes, cada una de las cuales desempeña una función distinta. Principalmente, el SNC está formado por las motoneuronas superiores (UMN), que llevan las señales de movimiento hasta las motoneuronas inferiores (LMN), que indican a los músculos que se contraigan o se relajen. En concreto, el tracto piramidal es la vía principal que transporta las señales para el movimiento voluntario. Las lesiones del tracto piramidal pueden tener consecuencias devastadoras, como espasticidad, reflejos hiperactivos, debilidad y el signo de Babinski (acariciar la planta del pie hace que el dedo gordo se mueva hacia arriba). Todos estos síntomas son característicos de una lesión de la neurona motora superior. Sin embargo, algunos síntomas son específicos de una lesión del tracto piramidal[1].
El tracto piramidal surge de las células piramidales de la capa V de la corteza cerebral. En los seres humanos, el tracto piramidal es una de las últimas vías descendentes en desarrollo. Aunque las fibras del tracto piramidal alcanzan la decusación piramidal en la octava semana de la fecundación, el desarrollo real tarda mucho más, y la mielinización completa no se completa hasta los 2 o 3 años de edad. Una multitud de genes guía este proceso de desarrollo. Sin embargo, gran parte de este proceso aún se está investigando y no se conoce del todo[4].